Leonor Arfuch califica al género de entrevista como una invención dialògica en la cual participan tres actores: entrevistador, entrevistado y público.
Analiza la entrevista desde varios enfoques: desde lo conceptual la define como una situación comunicativa regida por el intercambio dialógico, desde lo social analiza el género como un conector de dos mundos existenciales: lo público y lo privado.
Arfuch también expone el carácter funcional del género como fuente sociabilizara, mediante la cual se mantienen vigentes temas de interés político, cultural, histórico y científico y problemáticas actuales.
Centralmente define a la entrevista como una invención dilógica que se rige por códigos que aceptan los participantes del género y de los que también el público se va haciendo eco.
Desde el punto de vista dialógico se desprende un lenguaje, un discurso que contiene tanto intertextualidad como heterogeneidad y que por tal motivo se considera a la entrevista como un género complejo. En tanto, implica un terreno conflictivo por cierto, como espacio público que puede involucrar a la política a intereses en juego de los soportes mass-mediáticos, propósitos de los interlocutores, pugnas por el sentido en que se dice lo que se dice o vidas privadas puestas en escena.
Arfuch toma el punto de vista de Bajtin, que elabora un concepto de entrevista desde el punto de vista funcional y de situación comunicativa.” Es una enunciación que supone siempre un interlocutor y un destinatario.
Califica a la entrevista como un género complejo que comprenden todas las variedades: periodísticos, literarios, ofíciales y mediáticos.
Este género es una modalidad que ha tomado mucho espacio en la sociedad por su carácter tecnológico ya que puede comunicar el vivo y el directo y presentarse en múltiples formas como espacios mediáticos.
La autora distingue a este género como uno de los géneros periodísticos/mediáticos, susceptibles de ser considerados literatura o discurso científico según ciertas formas, funciones, temáticas o enunciados.
En idea y vida del reportaje, Eduardo Ulibarri expone pautas y consejos para tener en cuenta a la hora de realizar una entrevista. Me sentí identificada con la opinión de un periodista peruano “Yo creo que cada personaje es una entrevista totalmente diferente de las demás. No hay una entrevista, hay cientos de entrevistas. Cada persona con la que uno se entrevista presenta un panorama distinto, un universo genuino e irrepetible, con lo cual, incluso, no se pueden aplicar matemáticamente las normas que se enseñan”
A raíz de esta de esta reflexión conecte de inmediato con la Nota sobre Andy Warhol que realizó Rodrigo Fresan quien reconoce que el artista del Pop Art revolucionó el género periodístico de la entrevista.
En esta nota Fresan reproduce fragmentos de Warhool como entrevistado y comprueba que el clima de un encuentro puede llegar a variar de acuerdo a lo que ponga en juego tanto el entrevistado (en este caso contestando con monosílabos e “incoherencias”) como también la conducta del periodista.
En relación a mi experiencia personal como entrevistadora voy a señalar justamente algo que tiene que ver con el clima que se dio con el entrevistado que elegí.
En mi caso particular yo experimente una sensación muy grata realizando la entrevista, me encontré con un mundo diferente y con una actividad que dista de ser monótona, fría y técnica como lo son las actividades que realizo en la oficina de mi trabajo.
Sentí entonces mucha adrenalina y cierta magia que envolvía al lugar, al entrevistado y a mí. Confieso que estaba un poco nerviosa y que tenía más preguntas para hacerle que al día siguiente entre sueños, salieron a la luz. Por suerte me tocó un entrevistado muy amable y cálido, un tanto difícil para regular la extensión de sus respuestas.
Me queda agregar que todos los detalles para perfeccionar o lograr una muy buena entrevista en relación a nuestro rol como periodistas, se aprenderán en el camino.
Analiza la entrevista desde varios enfoques: desde lo conceptual la define como una situación comunicativa regida por el intercambio dialógico, desde lo social analiza el género como un conector de dos mundos existenciales: lo público y lo privado.
Arfuch también expone el carácter funcional del género como fuente sociabilizara, mediante la cual se mantienen vigentes temas de interés político, cultural, histórico y científico y problemáticas actuales.
Centralmente define a la entrevista como una invención dilógica que se rige por códigos que aceptan los participantes del género y de los que también el público se va haciendo eco.
Desde el punto de vista dialógico se desprende un lenguaje, un discurso que contiene tanto intertextualidad como heterogeneidad y que por tal motivo se considera a la entrevista como un género complejo. En tanto, implica un terreno conflictivo por cierto, como espacio público que puede involucrar a la política a intereses en juego de los soportes mass-mediáticos, propósitos de los interlocutores, pugnas por el sentido en que se dice lo que se dice o vidas privadas puestas en escena.
Arfuch toma el punto de vista de Bajtin, que elabora un concepto de entrevista desde el punto de vista funcional y de situación comunicativa.” Es una enunciación que supone siempre un interlocutor y un destinatario.
Califica a la entrevista como un género complejo que comprenden todas las variedades: periodísticos, literarios, ofíciales y mediáticos.
Este género es una modalidad que ha tomado mucho espacio en la sociedad por su carácter tecnológico ya que puede comunicar el vivo y el directo y presentarse en múltiples formas como espacios mediáticos.
La autora distingue a este género como uno de los géneros periodísticos/mediáticos, susceptibles de ser considerados literatura o discurso científico según ciertas formas, funciones, temáticas o enunciados.
En idea y vida del reportaje, Eduardo Ulibarri expone pautas y consejos para tener en cuenta a la hora de realizar una entrevista. Me sentí identificada con la opinión de un periodista peruano “Yo creo que cada personaje es una entrevista totalmente diferente de las demás. No hay una entrevista, hay cientos de entrevistas. Cada persona con la que uno se entrevista presenta un panorama distinto, un universo genuino e irrepetible, con lo cual, incluso, no se pueden aplicar matemáticamente las normas que se enseñan”
A raíz de esta de esta reflexión conecte de inmediato con la Nota sobre Andy Warhol que realizó Rodrigo Fresan quien reconoce que el artista del Pop Art revolucionó el género periodístico de la entrevista.
En esta nota Fresan reproduce fragmentos de Warhool como entrevistado y comprueba que el clima de un encuentro puede llegar a variar de acuerdo a lo que ponga en juego tanto el entrevistado (en este caso contestando con monosílabos e “incoherencias”) como también la conducta del periodista.
En relación a mi experiencia personal como entrevistadora voy a señalar justamente algo que tiene que ver con el clima que se dio con el entrevistado que elegí.
En mi caso particular yo experimente una sensación muy grata realizando la entrevista, me encontré con un mundo diferente y con una actividad que dista de ser monótona, fría y técnica como lo son las actividades que realizo en la oficina de mi trabajo.
Sentí entonces mucha adrenalina y cierta magia que envolvía al lugar, al entrevistado y a mí. Confieso que estaba un poco nerviosa y que tenía más preguntas para hacerle que al día siguiente entre sueños, salieron a la luz. Por suerte me tocó un entrevistado muy amable y cálido, un tanto difícil para regular la extensión de sus respuestas.
Me queda agregar que todos los detalles para perfeccionar o lograr una muy buena entrevista en relación a nuestro rol como periodistas, se aprenderán en el camino.
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