Introduce un buen clima previo a la entrada al museo, describiendo minuciosamente lugares que lo rodean y situaciones precedentes a experimentar un contacto único con el lugar, ya sea por ser el primer acercamiento pero también por haber sido postergado tantas otras veces. Esto genera una especie de entrada en calor que me parece muy oportuna para mantener entretenido a quien lo lee, pero también para aportarle cierta cuota de suspenso a la historia.
Su escritura es muy reflexiva, lo que permite ahondar más en profundidad acerca de sus pensamientos y su forma de percibir las cosas, creo que esto esta bueno para ceñir las distancias entre escritor- lector. Esta estrategia o forma de escritura es la que hace que la historia se aprecie más real y se optimice la actividad del lector. Invita con frecuencia a la reflexión.
Recrea muy bien la atmósfera de lugares, es muy expresiva y tiene una mirada profunda sobre las cosas. Logra que ningún espacio o situación oportuna para precisar un lugar, quede en el tintero.
Elije una buena forma de explicar desde que lugar se conectan, ella y su acompañante, con el museo. Exhibe, mediante un debate, planteos de tipo filosófico que aportan una mirada más que interesante, excéntrica sobre el concepto de aquello que llamamos arte.
Me gustó como tituló la crónica, “Encuentro fortuito”, ya que este encuentro o estos encuentros (el de ella con su amigo y el de ambos con el museo) potenciaron la mirada hacia el lugar con un debate sugestivo.
Quizás me parece que se detiene demasiado en lo que es la previa a la entrada al museo y le resta espacio a describir sectores del lugar.
La crónica tiene una entrada y un cierre que le da un sentido simbólico a esta experiencia y ambos están oportunamente enlazados.
Su escritura es muy reflexiva, lo que permite ahondar más en profundidad acerca de sus pensamientos y su forma de percibir las cosas, creo que esto esta bueno para ceñir las distancias entre escritor- lector. Esta estrategia o forma de escritura es la que hace que la historia se aprecie más real y se optimice la actividad del lector. Invita con frecuencia a la reflexión.
Recrea muy bien la atmósfera de lugares, es muy expresiva y tiene una mirada profunda sobre las cosas. Logra que ningún espacio o situación oportuna para precisar un lugar, quede en el tintero.
Elije una buena forma de explicar desde que lugar se conectan, ella y su acompañante, con el museo. Exhibe, mediante un debate, planteos de tipo filosófico que aportan una mirada más que interesante, excéntrica sobre el concepto de aquello que llamamos arte.
Me gustó como tituló la crónica, “Encuentro fortuito”, ya que este encuentro o estos encuentros (el de ella con su amigo y el de ambos con el museo) potenciaron la mirada hacia el lugar con un debate sugestivo.
Quizás me parece que se detiene demasiado en lo que es la previa a la entrada al museo y le resta espacio a describir sectores del lugar.
La crónica tiene una entrada y un cierre que le da un sentido simbólico a esta experiencia y ambos están oportunamente enlazados.
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