En cuanto a forma narrativa es una historia dividida en dos partes. Aparece por un lado un relato que comienza siendo central y debajo una carta presentada como nota al pie. A medida que avanza la historia estas notas al pie van tomando cada vez más protagonismo hasta ocupar un lugar central en el papel.
Se hace visible en la narración un doble punto de vista del autor. El relato, en un principio central, esta narrado en tercera persona; la carta, estas notas al pie que a simple vista parecen marginales y secundarias, están narradas en primera persona.
En cuanto a la historia, se puede interpretar al personaje de León como un “antihéroe”. En verdad, León, era un gran hombre que se diferenciaba del resto y no encontraba espacio en su contexto cotidiano. Era como el “bicho raro” de la Casa, lugar donde se desempeñaba como traductor, no pudiendo ser el mismo, estando limitado por cánones burocráticos que le impedían desarrollar su talento profesional.
León era un intelectual que parecía no ser comprendido por su jefe Otero, pero pese a varios malentendidos tenían una relación de aprecio mutuo.
Las distracciones de Otero hicieron que León se encuentre cada vez más desprotegido en su trabajo, que era prácticamente la razón de su existir. Estaba solo en el mundo, a sus padres no los conocía, por su carácter especial no podía entablar relaciones duraderas con las mujeres y su salario en la Casa no le permitía llevar una vida digna, a tal punto que siquiera podía comprarse medicamentos y mucho menos reparar su vieja Remington , su herramienta de trabajo.
Estas notas al pie que terminan siendo protagonistas en cuanto a espacio y sentido en la historia, son las que explican el por qué de la terrible decisión que tomó León.
Retomado a Piglia entonces se pueden vislumbrar dos historias en una; la del relato cuando León ya estaba muerto y primaba la confusión del por qué de su muerte y otra la de la carta, en donde León deja este último escrito en donde la decisión de suicidarse esta implícita, no así en el otro relato.
Walsh va a jugar con los puntos de vista, con la realidad y la ficción, me animo a decir que esta historia tiene poco de casual refiriéndome a la relación entre escritor- personaje, ya que encuentro muchos paralelismos entre la vida Walsh y León.
Si tuviera que elegir una nota al pie para definir su obra: Una historia maravillosa, un personaje entrañable y un escritor brillante. Perdón la redundancia pero me nacen estos pensamientos cada vez que lo leo.
Se hace visible en la narración un doble punto de vista del autor. El relato, en un principio central, esta narrado en tercera persona; la carta, estas notas al pie que a simple vista parecen marginales y secundarias, están narradas en primera persona.
En cuanto a la historia, se puede interpretar al personaje de León como un “antihéroe”. En verdad, León, era un gran hombre que se diferenciaba del resto y no encontraba espacio en su contexto cotidiano. Era como el “bicho raro” de la Casa, lugar donde se desempeñaba como traductor, no pudiendo ser el mismo, estando limitado por cánones burocráticos que le impedían desarrollar su talento profesional.
León era un intelectual que parecía no ser comprendido por su jefe Otero, pero pese a varios malentendidos tenían una relación de aprecio mutuo.
Las distracciones de Otero hicieron que León se encuentre cada vez más desprotegido en su trabajo, que era prácticamente la razón de su existir. Estaba solo en el mundo, a sus padres no los conocía, por su carácter especial no podía entablar relaciones duraderas con las mujeres y su salario en la Casa no le permitía llevar una vida digna, a tal punto que siquiera podía comprarse medicamentos y mucho menos reparar su vieja Remington , su herramienta de trabajo.
Estas notas al pie que terminan siendo protagonistas en cuanto a espacio y sentido en la historia, son las que explican el por qué de la terrible decisión que tomó León.
Retomado a Piglia entonces se pueden vislumbrar dos historias en una; la del relato cuando León ya estaba muerto y primaba la confusión del por qué de su muerte y otra la de la carta, en donde León deja este último escrito en donde la decisión de suicidarse esta implícita, no así en el otro relato.
Walsh va a jugar con los puntos de vista, con la realidad y la ficción, me animo a decir que esta historia tiene poco de casual refiriéndome a la relación entre escritor- personaje, ya que encuentro muchos paralelismos entre la vida Walsh y León.
Si tuviera que elegir una nota al pie para definir su obra: Una historia maravillosa, un personaje entrañable y un escritor brillante. Perdón la redundancia pero me nacen estos pensamientos cada vez que lo leo.